José Boza Pulido*

“Venezuela está en paz, calma, tranquila y segura de su destino, segura de su camino”.
Nicolás Maduro Moros

En pocos días (10E), Nicolás Maduro Moros asumirá un nuevo mandato presidencial por decisión soberana del pueblo bolivariano de Venezuela. Como era de esperarse, el imperio del norte y la derecha fascista guarimbera han desatado una nueva arremetida de carácter global para enturbiar este acontecimiento y generar inestabilidad social, económica y política que provoque una intervención militar extranjera.

Nadie lo puede negar, Venezuela es el país de las elecciones democráticas en abundancia. La vida política nacional está atravesada por el pronunciamiento permanente de la población en las ánforas. Las consultas a la ciudadanía forman el núcleo central de la nueva democracia directa, participativa, protagónica o democracia vecinal, comunitaria que propugna la Revolución Bolivariana de Venezuela. Sólo en el año 2024 se tuvo las elecciones presidenciales el 28 de julio, con 10 candidatos y 27 partidos políticos en competencia; el referéndum sobre la Guayana Esequiba; la consulta popular del 25 de agosto sobre los presupuestos participativos; y la elección de 15 mil jueces de paz en todo el territorio. Cuatro procesos electorales democráticos en un año como en ningún otro país. La guerra mediática, psicológica y cognitiva de los enemigos del socialismo del siglo XXI busca ocultar este activismo democrático permanente de la población venezolana y su gobierno.

Como parte de esta campaña internacional contra la revolución bolivariana, el monosilábico y desmemoriado Edmundo González Urrutia, antes comprometido con los “escuadrones de la muerte” en El Salvador y hoy marioneta de la que fue proclamada la mujer del año 2024 por el diario El Comercio, luego de pedir asilo y salir corriendo de Venezuela, ahora grita a voz en cuello que viajará a Caracas para asumir el gobierno. Proclamado “presidente” por Washington, el franquismo español y la ultraderecha europea, goza del exilio dorado. Si, al menos, se hubiese mantenido en Caracas, sería una especie de Guaidó 2.0; pero, ahora, con su viaje a Argentina y a EE. UU., no deja de ser un estrepitoso y risible fiasco. 

Pero, Venezuela también es el país receptor de las medidas coercitivas unilaterales y las agresiones paramilitares y de terroristas como los comanditos. Es el país donde se concentra uno de los puntos neurálgicos de la lucha de clases en América Latina y el Caribe. Hicieron lo indecible para convertir el proceso electoral del 28 de julio de 2024 en una carnicería humana, intentaron incendiar el país de Bolívar para evitar el triunfo de Nicolás Maduro. Conspiraciones de todo tipo, intentos de golpe de Estado, guerra económica, comercial y financiera, guerra psicológica, guerra política, bloqueos, sabotajes, migración e inflación provocadas; sin embargo, el componente más importante, que es el pueblo y la unión cívico-militar-policial lograda, no lo han podido controlar, porque el chavismo es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. De ahí su fortaleza y sus formidables condiciones para seguir triunfando.

Porque Venezuela ha dejado de consumir alimentos importados, tiene autosuficiencia alimentaria; porque ha cerrado el ciclo de la petrodependencia dando paso a la construcción de una economía productiva y diversificada con vocación exportadora y sustitutora de importaciones, el 10E se convertirá en un nuevo símbolo nacional de dignidad del hermano país y será recordado como el día en que la derecha fascista venezolana fue nuevamente derrotada.

El 10E también será recordado como el día de la nueva derrota del imperio yanqui y del hegemonismo unipolar. La democracia directa, la democracia de los vecinos dará sepultura eterna a la democracia occidental de las clases dominantes.

El 10E será bolivarianista, latinoamericanista, socialista, antimperialista, antifascista, chavista, sin calco ni copia, como lo anticipara el Amauta Mariátegui. Se convertirá en el triunfo popular que ha venido fermentando por más de 200 años. Será el triunfo de los pueblos del mundo.

El 10E, para pesar de Corina, Edmundo, los “guardianes de la democracia” y el grupo El Comercio, Nicolás Maduro Moros asumirá en el Palacio de Miraflores un nuevo mandato constitucional para llevar adelante la construcción del nuevo Estado comunal, como parte del Estado moderno y socialista del siglo XXI, dándole una nueva victoria a su pueblo, a América Latina, al Caribe y al Sur Global.

Un mundo nuevo es posible, Venezuela lo está demostrando.

*Abogado por la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco. Dirigente del Partido Comunista del Perú - Patria Roja. Personero Legal Titular del Partido de los Trabajadores y Emprendedores (PTE).